Los colores tienen mucha influencia en nuestras vidas, no solo a nivel estético. El color es literalmente una forma de energía, ya que cada uno de los colores que vemos es en realidad una onda electromagnética de una longitud determinada. Por lo tanto los colores influyen en nuestro sentir y estado de ánimo.
Según el Feng Shui, cada color tiene su significación, haciéndolo más apropiado para un ambiente en particular. Desde las enseñanzas de este arte oriental, podemos desviar o hacer transitar las energías positivas y negativas en las habitaciones, usándolos estratégicamente para hacer que las negativas sigan su camino, y las positivas nos inunden y bendigan.
Aquí detallamos cuál es el significado, efecto y cómo utilizar los colores para nuestro beneficio dentro del hogar.
Rojo: Según el Feng Shui, es un color de la buena suerte. Es muy poderoso, atrae la energía y es muy beneficioso para los hogares, siempre que se lo aplique en objetos decorativos y en toques, con mucha moderación, nunca pintando de rojo toda una habitación. De preferencia, utilizaremos los detalles rojos en las salas comunes, como en el comedor, el living o la sala, o quizás en el cuarto de juegos o en la sala de entretenimientos.
El rojo nos ayuda a lograr riqueza, prosperidad, energías fuertes y vivaces, dirigiendo la energía en todas direcciones. Este tono captura la atención y favorece las energías sociales, además de elevar el apetito y estimular los procesos de toma de decisiones rápidas.
Amarillo: El amarillo es un color de gran alcance, que atrae grandes cantidades de energía positiva. Este es el color de la calidez y amabilidad. Así como el rojo, el amarillo debe usarse con moderación. Demasiado amarillo puede afectar la salud. Es un color alegre y fomenta la mejor vida familiar, lo que lo hace excelente para la cocina, el cuarto de juegos y el comedor. En nuestra vestimenta colabora a estabilizar nuestras emociones y potenciar nuestra personalidad.
Naranja: El naranja, por su parte, unifica energías dispersas, mejora la comunicación, elimina las sensaciones de soledad y alegra el ambiente. Es ideal usarlo en la sala de estar y el living.
Verde: Es el color de la naturaleza y de la vida vegetal por lo que brinda mucha energía positiva. Simboliza rejuvenecimiento, crecimiento y tranquilidad, siendo apropiado para aliviar tensiones y ansiedades, y propiciando el buen descanso y el sueño creativo. Por ello, es muy aconsejable decorar con este color los dormitorios y los sitios de mayor intimidad, como el baño. Siempre debe ser bien acompañado por mucha luz natural. El verde es ideal también para atraer el dinero y conectarnos con el entorno. Ayuda a descansar la mente y la vista, y a recuperar la vitalidad juvenil. Es neutral, por lo que ni atrae ni ahuyenta la energía.
Azul: El azul es otro color conectado a la naturaleza. De acuerdo con el Feng Shui, el azul es el color del cielo y de la sabiduría. Este color tranquiliza y ayuda a la concentración, siendo ideal para la oficina, la sala de estudios o la biblioteca. Nos ayuda a meditar y a contemplar nuestro presente y futuro. También favorece la relajación y el descanso. Utiliza el azul en habitaciones infantiles, y combínalo con verde para obtener mejores resultados.
Púrpura: Este color es, según el Feng Shui, el color de los ideales y de la espiritualidad. Es la inspiración, la utopía y la autoridad, en especial sobre nuestras acciones y decisiones. Es adecuado elegir este color para decorar oficinas y espacios profesionales y laborales, en especial en los de la jerarquía en las organizaciones. Sin embargo, debido a su imponencia, no es el más apropiado para las salas de ocio y entretenimiento. Este color es solemne, ideal para dar jerarquía a las zonas de trabajo y para mejorar los estudios y el aprendizaje.
Rosado: Por su parte, el rosado es relajante, ayuda a conciliar el sueño y el buen descanso, y también libera la mente de preocupaciones, ideal para el cuarto de trabajo o de lectura.
Violeta: El violeta eleva el autoestima y evoca un alto nivel de conciencia; nos ayuda a convocar nuestras energías y derivarlas para potenciar nuestro poder interior.
Blanco: El blanco es puro, de fuerte presencia y altamente energético. Ideal para cuartos de baño, dormitorios y salas de espera en consultorios. Nos ayuda a concentrar las energías y lograr el orden mental. El blanco siempre se asocia a algo positivo, puro e inocente. Este color contiene todos los otros, y también es visto como “incoloro”. El blanco es discreto y universal. Sin embargo, evita pintar todo blanco; necesitarás algunos toques de otros colores para atraer la energía y las emociones positivas a tu casa.
Negro: Las enseñanzas orientales consideran al negro como un color positivo. En negro se asocia con la riqueza y la abundancia, aunque el uso excesivo de negro atraerá una energía demasiado masculina a la casa. El negro debe utilizarse con moderación, como un punto culminante o como decoración. La combinación de blanco y negro es mejor para oficinas. El negro, por otro lado, atrae el misterio y la sensualidad, pero se lo debe utilizar con cuidado y en poca medida. Este color favorece la independencia y la sofisticación.
Marrón o terrosos: Finalmente, los tonos tierra ayudan al descanso, nos pacifican y relajan, ayudando a la mejor convivencia. Ideales para el dormitorio, la sala de estar o la oficina, y también para salas de estudio. Nos da firmeza en las decisiones, y fomenta el uso de nuestras capacidades cognitivas.
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